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El Porsche 911 Turbo: un coche de película

Hay cientos de películas y series donde aparecen el Porsche 911 Turbo y es que al fin y al cabo, es una forma fácil de darle vida y estilo a cualquier escena. En la última de Tarantino por ejemplo (Érase una vez en Hollywood), la actriz que interpreta a Sharon Tate se pasea por Los Ángeles en un precioso 911 negro de finales de los sesenta. El número uno por supuesto siempre será Steve McQueen en Le Mans (1971), pero hemos visto a otros grandes al volante de un 911, como a Robert Redford en Spy game (2001).

el Porsche 911 Turbo

La relación del Porsche 911 turbo y el celuloide

Los deportivos de Stuttgart aparecen en producciones de todas las nacionalidades. Abundan las alemanas y curiosamente, las asiáticas. También aparecen 911 en series españolas, como Sin tetas no hay paraíso o Fariña.

el Porsche 911 Turbo

Más difícil sin embargo resulta encontrar la versión Turbo del 911, y más complicado aún es que el deportivo alemán destaque en producciones de calidad, con directores, productores y actores de primera línea. En este sentido, la película número 1 para los incondicionales de el Porsche 911 Turbo es Bad Boys (1995), protagonizada por Will Smith y Martin Lawrence. Es un filme policiaco con mucha acción –fue la ópera prima de Michael Bay como director– y lo primero que aparece en la película, rodando deprisa bajo el cielo naranja de Florida, es un fantástico 964 Turbo 3.6. La primera frase también tiene que ver con el Porsche, porque Will Smith le pide a Martin que no se coma una hamburguesa dentro de su 911.

Su compañero replica a Will que le deje, se lamenta de que no tiene nada de sexo en casa (está casado), y Will le aclara que él se acuesta con mujeres distintas cada noche. Ahí es cuando los espectadores pensamos: “Con ese Porsche cualquiera”. Y la cosa sigue cuando Martin se indigna con que un “coche de 80.000 $” no incluya soporte para bebidas. Así que Will le aclara: “Es un coche de 150.000 dólares, y resulta que es uno de los más rápidos del mundo, de 0 a 60 millas por horas en 4 segundos, edición limitada” (aquí tienes la subasta de uno parecido). Como era de esperar, a Martin se le caen las patatas fritas por el 911, Will se cabrea y se para, y luego dos tipos armados intentar robarles el Porsche… Estos primeros minutos son suficientes para enamorarnos del poderoso y ancho 964, pero es que luego tiene otras apariciones estelares, como una persecución con un Cobra. A principios de año se estrenó la tercera entrega de la saga Bad boys for life, en la que usan de nuevo un 911 azul, en este caso un 992 Carrera 4S.

Cambiamos de sala

Otra película que comienza con las imágenes de un 911 Turbo es Local Hero (1983), en la que el actor Peter Riegert conduce uno blanco. Curiosamente, la fantástica banda sonora de Mark Knopfler se hizo mucho más popular que la película.

el Porsche 911 Turbo

Cuatro años después se estrenó otro filme donde el Porche 911 Turbo fue imprescindible: No man’s land (1987). Tiene al frente a un protagonista carismático, el gran Charlie Sheen, encumbrado como prototipo del vividor tras su papel en la serie Dos hombres y medio. En 1987 Sheen acababa de rodar la exitosa Platoon y aún no se había dejado llevar por los excesos. En el filme interpreta al jefe de una banda de ladrones de Porsche, quien además se permite el lujo de despreciar a los Ferrari: “Basura italiana”. Un policía infiltrado se une a Sheen para investigarle y detenerle, pero pronto se da cuenta de que esa vida al límite tiene su encanto. Algo así como: “Robar un Porsche mola, siempre que no sea el tuyo”. Lo que queda claro es que, en aquellos tiempos, era mucho más fácil abrir y arrancar un deportivo sin las llaves.

También en California (aunque comienza en Detroit) se desarrolla True Romance, en España Amor a quemarropa (1993), dirigida por Tony Scott. El guion de esta película lo escribió Quentin Tarantino, quien un año antes había debutado como director con Reservoir dogs. El “estilo Tarantino” está muy presente en la cinta, tanto por la violencia y los tiroteos como por los agudos y divertidos diálogos; memorable el de dos grandes, Christopher Walken en el papel del mafioso Vincenzo Coccotti, y Dennis Hooper como padre del protagonista, Christian Slater. También tienen papeles secundarios tipos que luego serían superestrellas, como Brad Pitt y James Gandolfini. El Porsche 911 Turbo que sale en la película es muy raro, un Turbo “Slantnose” descapotable de color blanco.

Su propietario es un productor de cine y traficante que lleva hasta las gafas Porsche, interpretado por Saul Rubinek. En la escena que nos interesa, un empleado del productor conduce el 911 por una carretera virada derrapando y jugueteando con la pasajera, así que el coche patrulla que va detrás le hace parar. El conductor del 911 lleva encima una bolsa de cocaína y le dice a la chica que la oculte bajo su ropa, pero ella se niega. Así que en el forcejeo con la dama la bolsa se rompe y, cuando llega el agente de tráfico, el conductor tiene toda la cara cubierta de polvo blanco. Una situación tragicómica, sobre todo si pensamos que en una situación así el exclusivo 911 podría acabar en un depósito judicial

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