El futuro de Aston Martin: dinero fresco y nuevos retos

Conozcamos a Tobias Moers, CEO de Aston Martin desde el 1 de agosto de 2020. Después de 26 años en AMG, el padre de dos hijos, enjuto y con pelo rizado, tomó el teléfono la primavera pasada para devolver una llamada a Lawrence Stroll, multimillonario canadiense, aficionado al automovilismo y (entonces) futuro accionista mayoritario del respetado fabricante de automóviles británico. Una compañía que, en su historia de montaña rusa, se ha declarado en quiebra no menos de siete veces.

En circunstancias normales, el veterano coordinador de la división AMG habría sido inmune a un cambio de carrera tan drástico en tan poco tiempo. Pero después de que Mercedes nombró a Markus Schäfer en lugar de a Moers como su nuevo jefe de I+D en 2019, la oportunidad eclipsó la lealtad.
“Acepté”, recuerda el nuevo responsable en Gaydon, “y me alegro de haberlo hecho”.

Esta posición abre una nueva perspectiva y una vida completamente diferente. Es cierto que cada día laboral tiene una sorpresa en la oficina. Pero está bien porque Lawrence y yo nos llevamos muy bien. Diez meses después, todavía nos reunimos con frecuencia para perfeccionar los problemas estratégicos codo con codo”.

Antes de su primera visita a Gaydon, Moers reunió la mayor cantidad de información posible sobre las fortalezas y debilidades de Aston. Le habían advertido sobre una red de viejos británicos que manejaba los hilos, la productividad abismal, los choques recurrentes entre la realidad y las ilusiones y los enormes agujeros en el plan estratégico, así como en el presupuesto.

Pero la situación a su llegada resultó ser aún más sombría de lo previsto. La gerencia estaba sobrecargada de personal con bajo rendimiento, el complejo proceso de producción seguía disparándose en el pie y el pobre retorno de la inversión se reflejó debidamente en un precio de las acciones volátil.

Lo que se debe cambiar en Aston Martin

“Obviamente, algunas cosas estaban fundamentalmente mal”, recuerda Moers. “Estábamos, por ejemplo, desperdiciando dinero en un nuevo motor V6 [configurado para impulsar dos de los tres coches en la gama de motores centrales propuesta por Andy Palmer]. Ni siquiera cumplió con las regulaciones EU7 en un momento en el que ya estaba claro que los motores de combustión pronto serán cosa del pasado.

El Valkyrie estaba tan drásticamente por encima del presupuesto que ahora necesita dos variantes más para sacarlo del rojo. Y la loable decisión de volverse eléctrico estuvo, por alguna razón, ligada a la marca Lagonda, una que tenía, y aún tiene, un futuro de lo más incierto”.

Aunque no lo admitirá abiertamente, Moers rápidamente desconectó el V6 y dirigió el flujo de efectivo (mucho más que el goteo anterior) hacia la electrificación total y un replanteamiento de la cartera. La revolución llegará en 2025, cuando está programada para debutar la primera de las dos nuevas familias de coches deportivos puramente eléctricos desarrolladas por Aston con el respaldo de AMG.

Lo más destacado de los próximos años será el hiperdeportivo Valkyrie, su descendiente, el superdeportivo Valhalla y un par de versiones híbridas del SUV DBX. Además, el motor V12 de larga duración (actualmente un 5.2) obtiene un aumento de potencia junto con un cambio de carácter de un par de torsión bajo a un extremo superior explosivo. También hay una versión S del DBX en proceso.

Los primeros en llegar

Pero lo más importante son los grandes restylings y las actualizaciones tecnológicas para sus coches deportivos. Tobias Moers nos dice que “se están realizando modificaciones en profundidad para Vantage, DB11 y DBS. Además de los cambios de diseño y las mejoras funcionales, los interiores serán totalmente reelaborados con conectividad actualizada, digitalización mejorada y nuevos sistemas de asistencia.

También vamos a repensar la submarca AMR. Los coches deberían ser más dinámicos en su apariencia y conducción. Sin embargo, la transmisión manual de seis velocidades pronto pasará a la historia”.

Hablando del Vantage, uno de los primeros actos de Moers en el cargo fue hacer un breve resumen para su personal clave: “Constrúyanme un Vantage centrado en la pista”. Así lo hicieron los ingenieros y crearon el F1 Edition.

Pero, ¿y Lagonda? Moers se inclina hacia atrás y toma un trago de su botella de agua antes de responder. “Esta no es una prioridad absoluta. Lagonda ciertamente no se convertirá en nuestra marca líder de vehículos eléctricos. Lo veo más como una incursión en el mercado del lujo en China y Estados Unidos. Pero el objetivo principal es reimaginar a Aston Martin y definir su futuro eléctrico”.

“La gestión de la marca es una tarea multifacética”, explica el alemán con permiso de trabajo en inglés. “Estamos en el proceso de revisar nuestros esquemas de personalización e individualización, incluido el configurador de coches nuevos.

A partir de ahora, este programa no solo se tratará de colores más elegantes y opciones de adornos adicionales. También estoy presionando por un nuevo nivel de artesanía para hacer que nuestro lenguaje de formas y diseños de interiores sean aún más especiales.

También quiero que las actualizaciones de ingeniería sean sustanciales en lugar de superficiales. Y apenas hemos comenzado a explorar el efecto halo completo de las carreras de motor. Seamos realistas: Lawrence Stroll está en la Fórmula 1 para ganar el campeonato. No sucederá este año, pero el título es nuestro objetivo final”.

La hoja de ruta a largo plazo

Una vez que el DB11 revisado, el Vantage 2.0 y el DBS modificado hayan salido al mercado, habrá cierta superposición con los modelos deportivos eléctricos completamente nuevos, que se lanzarán en 2026 a más tardar. “Aún tenemos que definir el final de estas series de producción, pero una vez que se aplique la estricta norma de emisiones EU7, ciertas versiones con motor de gasolina solo serán elegibles para la exportación”, explica Moers.

“Como resultado, necesitamos preparar una nueva generación de modelos basada en una nueva matriz completamente eléctrica. En última instancia, no habrá más V8 ni híbridos enchufables”. Si bien la próxima evolución del Vantage conserva el diseño familiar V8 con motor delantero, la futura variante totalmente eléctrica asumirá las características de una máquina de conducción con motor central aún más envolvente.

En lugar del Aston Martin DB11 y el DBS, esperamos un cupé de cuatro plazas que comparta el voladizo delantero corto con el modelo más pequeño al tiempo que muestra una distancia entre ejes más larga y una zaga más pronunciada. Provisionalmente etiquetado como DBE, es probable que cambie a una nueva nomenclatura, esta versión presentará baterías de alta densidad hechas a medida.

A largo plazo, los Aston más dinámicos pueden fusionarse con los próximos Mercedes AMG GT y GT 4-Puertas, al igual que el futuro DBX podría compartir elementos genéticos con EQE y EQS, ambos en la plataforma Mercedes EVA2. Se mire como se mire, Aston Martin está listo para convertirse en una marca dedicada a los vehículos eléctricos.

En el mejor de los casos, Aston ya ofrece experiencias de usuario altamente emocionales: simplemente quite el corcho del V12, del DBS o adéntrate a abordar un camino salvaje en un páramo en el emocionante DBX. Los AMG de Moers también eran grandes en eso mismo. Aston Martin y Tobias Moers aún pueden ser una pareja hecha en el cielo.