¿Qué tienen en común el BMW i8 y el velero de competición Malizia?

Que las marcas usen la competición para desarrollar y probar la tecnología que llevarán sus coches en el futuro no es nada nuevo. De hecho ya es el pan de cada día. Sin embargo, que esto ocurran en el sentido contrario es algo no tan común, mucho menos si el intercambio de tecnología llega a una disciplina que nada tiene que ver con la automoción. Es el caso de la cooperación entre BMW y Malizia, la embarcación de competición que comanda Pierre Casiraghi, un velero de 60 pies de largo que comparte tecnología con el BMW i8.

La marca bávara tiene bastante experiencia en el mundo de la vela, pues participa en la Copa América desde 2002 y en nuestro país patrocina la Copa del Rey de Vela desde hace años. Pierre Casiraghi es el sobrino del Príncipe Alberto de Mónaco, un empresario de éxito y gran amante del mundo náutico. El es el fundador del Malizia, y con él va a intentar la victoria en la Vendée Globe, el desafío náutico más duro del mundo, una vuelta al mundo a vela que tendrá lugar en 2020. Para ello se ha aliado con BMW, de quien aprovechará varas áreas donde la marca tiene una avanzada experiencia y poder mejorar su embarcación.

Hace una semanas acudíamos a Palma de Mallorca a probar el nuevo BMW i8 Roadster, y allí estuvo Casiraghi y su equipo para mostrarnos como se aplica la tecnología de este deportivo híbrido a un barco de competición. El mundo de la vela ha evolucionado tanto que ahora las embarcaciones casi vuelan por el agua para ir más rápido, algo que pudimos experimentar en nuestras propias carnes, montando en el pequeño catamarán de competición de Casiraghi.

Pero esta no será la nave que se beneficie de la tecnología de BMW i, sino el Malizia. Uno de los aspectos en común con el i8, es el uso de materiales ligeros y muy resistentes. Si bien la industria náutica ya emplea la fibra de carbono y de vidrio en buena parte de las estructuras de los barcos, en el Malizia habrá un asiento del navegante hecho en CFRP, fibra de carbono reforzada con polímeros de plástico. Parece un mero asiento pero es donde hacen vida la mayoría del tiempo los navegantes durante la travesía alrededor del mundo. Es el mismo material del que se compone la carrocería y el habitáculo del i8 e i8 Roadster.

El otro intercambio clave entre el Malizia y BMW i es la de su tren motriz. Si bien normalmente los veleros que participan en estas competiciones llevan un motor de emergencia que usa diésel, aquí se pretende sustituirlo por uno eléctrico. La razón no es otra que reducir peso, ya que el propulsor térmico pesa 380 kg con el combustible. Con BMW i en el equipo se intentará sustituirlo por el motor eléctrico y la batería de la marca, por lo que no solo será más ligero, sino también cero emisiones en su travesía.

Pero no solo eso, sino que también se desarrollará un hidrogenerador para el Malizia, un motor eléctrico que sirva el suministro de energía para los sistemas de a bordo y la quilla inclinada. Este motor regeneraría energía gracias al movimiento del yate, permitiendo reemplazar o mejorar la eficiencia del sistema actual. Para ello BMW i, aunque ya tiene unas baterías de litio muy avanzadas y con una buena capacidad de densidad de energía y duración, trabaja con Torqeedo, una empresa de embarcaciones de alta tecnología de origen alemán. Con este socio BMW i trabaja en el desarrollo de una solución para el sistema de accionamiento confiable y sin emisiones para Malizia.

Esto es sin duda solo el principio, puede que muy pronto la tecnología de los mares pase a ser 100% eléctrica y limpia, más allá de las propias corrientes de viento que proporciona la madre naturaleza.