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Comparativa ECO: Peugeot 308 Hybrid, Mercedes Clase A, VW Golf

El nuevo Peugeot 308 ya está disponible en variante híbrida enchufable. ¿Compaginará la eficiencia con la diversión mejor que Mercedes o Volkswagen? 

Desde car hemos ideado un nuevo campeonato para coches híbridos enchufables, con dos reglas básicas: los coches deben ser aptos para obtener la etiqueta Cero de la DGT, y ser eficientes y divertidos en carretera o circuito; hemos llamado a este campeonato Fórmula PHEV.
Para ser un poco más exigentes a la hora de admitir participantes, hemos añadido algunos otros requisitos: su precio no puede superar los 45.000 euros, las emisiones de CO2 deben ser inferiores a 50 g/km, y la autonomía eléctrica debe estar por encima de 60 kilómetros. Y ya tenemos los primeros inscritos: Peugeot 308 Hybrid, Volkswagen Golf eHybrid y Mercedes-Benz A250E; todos son utilitarios de cinco puertas, cuentan con un motor de cuatro cilindros asistido por un motor eléctrico y una batería de litio, pesan alrededor de 1.700 kg, y son capaces de alcanzar altas velocidades. Hum, interesante...
Para marcar diferencias entre estos tres aspirantes al título, hemos organizado diferentes recorridos para determinar su autonomía, tanto en modo eléctrico como total, su consumo de combustible, y por supuesto, cuál ofrece mejores sensaciones.


En función de nuestro estilo de conducción, estos tres compactos pueden permitrnos realizar nuestros trayectos diarios sin pasar por la gasolinera

EMPECEMOS POR EL FRANCÉS

El 308 utiliza el chasis EMP2, sobradamente conocido, pero en este caso ofrece una distancia entre ejes 55 mm mayor que su predecesor; su diseño se ha afinado, y se han añadido detalles en Led para hacerlo más actual. Existen dos versiones: 225 –la de nuestra prueba– y una menos potente de 180 CV. En ambos casos, la potencia máxima se obtiene combinando el motor de combustión más grande de la comparativa –1,6 litros– con una una batería de 12,4 kWH, algo más pequeña que la del Golf 
(13 kWh), pero mayor que la del Clase A (10,6 kWh). Su autonomía eléctrica homologada es la menor de los tres: 60 km, frente a los 75 del Mercedes o los 72 del Volkswagen.
El interior de este Peugeot es agradable: los botones de infoentretenimiento están ocultos en el acabado ‘negro piano’ hasta que se encienden, hay plásticos de tacto suave en el salpicadero. Los asientos del acabado GT son muy confortables, se amoldan a nuestro cuerpo cuando nos acomodamos en ellos; el diminuto volante y el i-cockpit digital son conocidos, con una pantalla táctil central de 10 pulgadas, además de una pantalla adicional delante del volante.


A los mandos se siente preciso y directo, el ruido de rodadura es bajo, y la amortiguación proporciona comodidad y control. Los neumáticos montados sobre llantas de 18 pulgadas transmiten las imperfecciones del firme, pero no llega a ser molesto.
El modo híbrido alterna entra las fuentes de potencia de forma casi imperceptible a rimo tranquilo, y todo sucede con suavidad si somos gentiles con el acelerador. Pero si lo deseamos, la deportividad está ahí, y pisando el pie derecho con alegría las marchas cambian en el cuadro como las frutas en una tragaperras, y en modo Sport notamos un empujón tras cada cambio a una marcha superior.
Nuestros protagonistas ofrecen personalidades muy diferentes

En carreteras secundarias demuestra que podría manejar más potencia. La dirección no es particularmente comunicativa, pero sí rápida y precisa. El tren delantero muerde con precisión, y el trasero se deja ajustar con facilidad. Esperamos con ansia el GTI.

EL ALEMÁN más práctico...

Respecto a la generación anterior, el Golf Mk8 cuenta con una estética actualizada, y sigue utilizando el chasis MQB, pero con una distancia entre ejes 26 mm mayor; la suspensión delantera sigue siendo tipo McPherson, pero la trasera es ahora multibrazo. Volkswagen ya tiene experiencia en compactos híbridos enchufables –véase el Mk7 GTE–, y se nota: ofrece un excelente equilibrio entre emisiones de Co2 , precio y autonomía  eléctrica.
El interior del Golf es robusto, con un diseño sobrio y excelente calidad. Destacan la ergonomía, la visibilidad y la facilidad para encontrar la postura de conducción idónea. La asientos son excepcionalmente confortables, y además sujetan bien. Las plazas traseras son significativamente más cómodas que en el 308, y algo mejores que en el Mercedes –el bueno del Golf, lleva toda su vida asombrándonos con su practicidad, y no cambia.
En autopista, el Golf es superior al 308, con una calidad de rodadura excepcional, de las mejores del mercado, ayudado por las (ecológicas) llantas de 16” y los amortiguadores adaptativos opcionales, con 15 ajustes –que parecen un ecualizador de los 80–, deliciosamente confortable en la posición más suave.


Hay una fenomenal conexión entre la dirección, el tacto de los pedales –la sensación en el freno es mejor que en sus rivales– y la caja de cambios, complementada por un gran control del balanceo y un motor que cambia suavemente entre los modos eléctrico e híbrido cuando pisamos el acelerador. 
Cuando llegamos a carreteras más divertidas, podemos endurecer la dirección y la suspensión, y el Golf se comporta de maravilla, manteniendo su confort y su equilibrio de pesos. 

La caja de cambios es de la vieja escuela: automática de doble embrague y seis marchas, frente a las de ocho de sus rivales, y en modo manual permite más control que estos

Estos híbridos enchufables son, en muchos aspectos, más atractivos que sus hermanos de combustión

...Y EL ALEMÁN MÁS REFINADO

El Clase A es el que homologa la mayor autonomía en modo eléctrico, y aunque en la prueba no alcanzó la cifra oficial, sí demostró que realmente es superior. Su motor de combustión es el más pequeño del grupo, con solo 1,3 litros; aun así, casi alcanza al 308 potencia total combinada, con 215 CV, y pulveriza a sus rivales en par máximo: 450 Nm frente a los 250 Nm del Peugeot y el Volkswagen.
El chasis ofrece un comportamiento soberbio en cualquier situación, aunque quizá echemos de menos la posibilidad de seleccionar un tarado de la suspensión algo más firme. El límite del subviraje es predecible, y suficientemente progresivo.


El interior del Mercedes es sensacional, con sus salidas de aire tipo caza de combate y una acertada combinación de acabados en negro piano, inserciones en aluminio anodizado, ante y piel; los asientos son firmes, y la guinda la pone el sistema de infoentretenimiento MBUX, con dos pantallas contiguas y gemelas de 10,25”, que proporcionan una experiencia excelente de pantalla única. Es fácil navegar por las diferentes funciones con el trackpad o los mandos en el volante, y también podemos optar por el control por voz: “Ey, Mercedes...”.


CONCLUSIONES

Es conveniente hacer dos observaciones comunes para nuestros tres protagonistas de hoy: la primera es que estos híbridos enchufables son más satisfactorios que sus hermanos convencionales para una utilización diaria, gracias a su refinamiento, su comodidad de uso y la inevitable satisfacción que produce el ahorro de combustible, aunque son menos gratificantes a medida que conducimos a ritmo más alegre, debido a su mayor peso. En segundo lugar, su capacidad de ahorro de combustible depende en gran medida de la forma en la que conduzcamos –si los cargamos cada noche, podemos hacer nuestro trayecto diario de ida y vuelta, a ritmo tranquilo, sin necesidad de pasar por la gasolinera. Una vez hechas estas apreciaciones, podemos analizar las principales virtudes y puntos débiles de los contendientes de esta Fórmula PHEV.


El 308 tiene una estética muy personal y llamativa, un interior muy original y, a pesar de que la falta de sensación de control sobre la caja de cambios en algunos momentos resulta confusa a veces, es muy cómodo, y sus cifras de consumo real son muy buenas. Los plazas traseras son un poco justas, y tenemos la opción de decidirnos por esta versión o por la menos potente de 180 CV.
La estética del Clase A tiene muchos seguidores, ofrece el excepcional sistema MBUX y un interior con un diseño y un acabado premium. Es más rápido que sus rivales, y aun así consigue registros de consumo bastante decentes, y la mejor autonomía en modo puramente eléctrico.
Por su parte, el Golf  es el coche de empresa perfecto, por precio, emisiones y autonomía eléctrica, ofrece pocas opciones de configuración, y cumple con nota, como es habitual, en todos los apartados, convirtiéndose en un confortable, espacioso, refinado y muy práctico medio de transporte. Desde el punto de vista más sensato, dejando a un lado otras consideraciones, es el más completo del trío.
En definitiva, tres coches con mucho en común, pero a la vez con diferencias apreciables, y cada con una personalidad propia, que probablemente haga que nos decantemos por uno u otro en función de cuál sea la nuestra. 

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