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¿Con cuál te quedas? BMW M2 (2015) o BMW M3 CSL (2003)

La primera vez que probamos el BMW M2 nos recordó a uno de los BMW M más divertidos de la historia, el M3 E46. La marca más alta de esa generación, impulsada por un maravilloso seis cilindros atmosférico antes de que las cifras de potencia y par fueran irracionales, la marcó el CSL, 188 kilos más ligero gracias al techo, los paragolpes, los paneles de puertas y otras cuantas piezas en fibra de carbono o fibra de vidrio. El motor 3.2 litros pasó de 343 a la redonda cifra de 360 CV. Hoy los CSL cotizan en el entorno de los 90.000 euros, pero también hay unidades por alrededor de los 60.000 que cuesta el M2, aunque no estén en estado inmaculado.

Aparcados codo a codo se nota el crecimiento que han jugado los segmentos. El M2 es un coche más moderno, algo más corto, pero más ancho y más alto. Sus pasos de rueda apabullan para poder acoger en su chasis la suspensión, bujes y frenos del M4. Su motor es un seis cilindros turbo que equipa piezas del 335i y del propio M4, nada que ver con el 1M Coupé anterior, más radical en diseño, respuesta y mecánica, pero el BMW M2 rinde 370 CV.

Volvamos al CSL porque en su equipamiento no encontrarás ni airbags laterales ni calefacción en los asientos ni navegador, aunque sí eran opcionales el climatizador o el equipo de audio. El resultado es un coche sensacional. Es momento de rodar y de exprimir a fondo el seis cilindros para llegar a los 100 km/h antes de 5 segundos y estirar el motor hasta el infinito gracias a algunos cambios en la apertura de las válvulas y a una enorme admisión en carbono. Es una mecánica que no solo es muy potente, sino que su par motor es muy notable.

En el BMW M2 vamos sentados más altos, el interior es más moderno, está muy bien equipado y resulta muy deportivo. El volante redondo y de tres brazos parece un homenaje a su antecesor, aunque está lleno de botoncitos para poder configurar el coche al gusto. La suspensión es de tarado fijo y como podemos modificar la respuesta del motor y algunas cosa más, el coche va de maravilla.

NOS GUSTA CONDUCIR…

El CSL tiene una conducción más pura y vivaz, más directa y deportiva, resulta más satisfactorio si vamos realmente rápido. El BMW M2 funciona mejor cuando no vamos a tope. Se disfruta más aunque no saquemos el máximo de su mecánica y resulta especialmente cómodo comparado con su ancestro. El diseño de ambos enamora, y aunque el E46 empieza a ser mítico, el BMW M2 y las complejas formas de su aerodinámica, seguro que marcan época.


Los dos piden a gritos entrar en circuito de vez en cuando, así que a la hora de decidir este detalle puede ser importante. Si quieres un segundo coche para carretera o circuito, un futuro clásico y un coche que va revalorizarse aunque su mantenimiento te pueda dar algún disgusto, el CSL es la elección, con un buen calzado –evita los semi-slicks de serie– y en manos de un buen especialista hay coche para años, pero conviene encontrar una unidad en buen estado, y en España quedan varias, aunque prepara más de 90.000 euros.

Si por el contrario quieres un coche para el día a día, tu modelo es el BMW M2. Te divertirás casi igual que con el CSL, con un motor quizá menos puntiagudo y rabioso pero con un cambio más eficaz, con una facilidad para derrapar que asusta y una garantía oficial BMW inagotable. En cualquier caso son dos coches a cuyos mandos la diversión está asegurada, como toca en dos de los mejores M de la historia de la marca.

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