5 cifras clave para elegir un coche eléctrico

Por establecer una analogía, ambos tipos de vehículo necesitan almacenar energía (depósito de gasolina/batería) y un motor potente que transforme esa energía en movimiento. Ambos consumen esa energía y disponen de una autonomía hasta que la energía almacenada se agota. O sea, que no son tan diferentes… ¿o sí? En realidad sí, en un vehículo tradicional se suele valorar más la potencia y el consumo –porque el combustible es caro–. En un coche eléctrico importa más la capacidad de la batería y una de su consecuencias más directas, la autonomía.

1. Capacidad de la batería en un coche eléctrico (en kW·h)

Es el parámetro más importante en un coche eléctrico porque determina todo lo demás. La batería de un vehículo es modular y tiene de la misma tecnología que la de un móvil. Para un vehículo medio de unos
50 kW/h se deben apilar el equivalente a 5.000 baterías de móviles. Esto, como es de esperar tiene un coste, un peso y un volumen muy considerable. En el estado actual de la tecnología, la batería es el punto más débil del sistema y cuanto mejor sea la batería, mejor –y más caro– será el coche. Se podría afirmar que si existiese una batería eficiente, ligera y barata,  todos los coches serían eléctricos… pero por ahora estamos muy lejos.

2. Consumo (kWh/100 km)

Los coches eléctricos también consumen, pero en vez de litros de gasolina, gastan kWh de electricidad. Como referencia, un coche medio puede necesitar unos 20 kWh  de electricidad para recorrer 100 km (cada kWh cuesta aproximadamente entre 0,1 y 0,3 €). Esta cifra es muy variable en función de la conducción, ya que consumen muy poco en ciudad y muchísimo con una velocidad alta mantenida. Lógicamente, cuanto menos gaste un EV, mucho mejor porque podrá recorrer más distancia, con un coste menor y tardará menos en recargar. Curiosamente, es un dato del que se no  suele hablar mucho en los vehículos eléctricos (EV), aun siendo muy importante.

3. Autonomía (km)

La autonomía depende del tamaño de la batería y del consumo. En el ejemplo anterior, los 50 kWh de batería permitirían 250 km si el consumo es de 20 kWh/100km. Si uno está dispuesto a pagar una batería más grande –por ejemplo los 100 kWh del Tesla 100–, la autonomía se incrementa en igual medida.

4. Potencia (kW)

La potencia, que se puede medir en kW o CV (100 kW=136 CV) y es igual a la cifra que estamos acostumbrados. Por ejemplo, un Leaf tiene 147 CV y un Taycan Turbo S, 761 CV. En general, los CV de un motor eléctrico “cunden” más que el equivalente en gasolina porque el par es mucho más alto y la aceleración mucho más contundente. Del mismo modo, en un coche eléctrico, la potencia no depende del motor –que tiene fuerza de sobra– sino de la electricidad que sea capaz de suministrar la batería. Así que curiosamente, si al mismo coche se le instala una batería más grande se aumenta simultáneamente la potencia y la autonomía… y el precio.

5. Velocidad de recarga (kW) de tu coche eléctrico

Es la velocidad a la que se recarga la batería. Lo habitual debe ser usar un cargador convencional en casa o el trabajo que puede conseguir entre 3 y 10 kW lo que es suficiente si contamos son mucho tiempo. Cuando nos encontramos de viaje, marcas como Tesla o Porsche ofrecen una  red de supercargadores que pueden alcanzar picos de potencia de hasta 260 kW, con lo que se puede obtener una recarga considerable en cuestión de minutos.

Por: M. Lerma