1ª edición de la Cayenne Challenge: una aventura total

Recorrer Marruecos en Porsche Cayenne parece un plan interesante. Hacerlo en el marco de una aventura no competitiva y de carácter solidario en una caravana integrada por unidades de la primera generación con preparación off-road y provinentes de distintos países es el plan definitivo. Hemos participado en esta primera edición de esta aventura y la verdad, faltan palabras para describirla.

Una auténtica aventura off-road

La primera Cayenne Challenge es un nuevo concepto de aventura en Cayenne encarado a vivir una experiencia off-road intensa, única e inolvidable a través del Marruecos más profundo. Una aventura para Cayennes -de momento de primera generación-, y que bebe directamente de la filosofía y el carácter desenfadados de la ya clásica Vw Golf Challenge.

Así, de nuevo hablamos de un raid protagonizado por la solidaridad, un gran espíritu de compañerismo y sin ningún tinte competitivo. Un evento con proyección internacional desde el minuto uno ya que los participantes se pueden inscribir a la aventura des de cualquier parte del mundo. En esta primera edición ya ha habido equipos de 3 nacionalidades distintas. Lo más importante es estar dispuesto a vivir una semana inolvidable, sin temor a ensuciarte de polvo de día y sabiendo que descansarás en alojamientos fantásticos de noche. Durante los 8 días de aventura a los participantes les espera un recorrido emocionante desde la costa Mediterránea de Marruecos hasta el desierto, cruzando en dos ocasiones la gran cordillera del Atlas. Todo en unos trayectos en los que no faltaron pistas de montaña, tierra y arena para poder adentrarse en algunos de los lugares más recónditos y aislados del país. Y es que, dentro de las exigencias de la organización a los participantes, está el llevar al menos 15 kg de material solidario para poder repartir en las zonas más perdidas que se recorren durante la aventura.

Naturalmente, al adentrarnos en zonas tan pérdidas hay que buscarse la vida para comer, porque allí no hay ni restaurantes ni nada parecido. Efectivamente, puede que la Cayenne Challenge no sea la aventura más glamurosa y refinada en este aspecto, aunque ¿quién necesita glamur cuando puedes parar en cualquier enclave de ensueño para improvisar un picnic con los compañeros? Un picnic gourmet eso sí, puesto que los challengers llevan consigo productos de su tierra, y en ese aspecto al propietario medio de Cayenne le gusta el buen comer. Eso fue algo especialmente interesante teniendo en cuenta que entre los participantes había gente de distintas partes de España, Francia y hasta Marruecos. Así que no hubo picnic durante la semana del evento en el que no faltasen buenos cortes de jamón de bellota, un delicioso queso manchego, el mejor atún de Marruecos o un exquisito foie francés. De hecho, durante la Cayenne challenge hubo hasta barbacoas con carne de waygu durante los picnics, y es que los participantes acuden muy preparados a la aventura. Aventureros sí, pero bien preparados y alimentados. Y bien dormidos, por supuesto.  Cada noche paramos en alojamientos llenos de encanto que nos permitieron descansar estupendamente y coger fuerzas para la siguiente etapa.

De los casi 2000 kms de recorrido en siete etapas a través del Marruecos, varios cientos fueron de pura pista. Desde el alto Atlas hasta el gran Sur, pasando por las dunas del desierto, el recorrido ofreció un sinfín de tracks para poner a prueba las capacidades todo terreno de los veteranos SUV deportivos. El resultado: muchísima emoción y diversión al volante, con una confianza creciente en los magníficos Cayenne, que a cada jornada pusieron más de manifiesto sus enormes capacidades, así como gran fiabilidad. No hay que olvidar que el primer Cayenne fue diseñado para tener verdaderas cualidades off-road.

De hecho, en una de las jornadas incluso nos adentramos en un cañón por el que transcurría un río seco que nos llevó durante más de 40 kms a recorrer zonas extremadamente remotas. Un recorrido en el que ni se veían roderas y en el que pudimos encontrar gente viviendo en cuevas en medio de la nada; una gente que, al ver la llegada de los Cayenne, miraron con más curiosidad que otra cosa. En este punto, y viendo como esas familias vivían sin apenas nada, decidimos ofrecerles material del que llevábamos para entregar. Mantas, ropa, zapatos, y juguetes que fueron recibidos con muchísima alegría por las familias que allí residían.

La solidaridad como bandera

Durante los siguientes días seguimos distribuiendo el mucho material que llevábamos, siempre intentando repartirlo al máximo y entregarlo en las zonas más remotas del país, donde menos recursos hay. La ventaja de dar el material poco a poco y en una acción directa permite ver cómo aquello que aportas va a las personas que lo aprovecharan, algo que crea lazos y momentos verdaderamente únicos. Las emociones están a flor de piel, y la verdad sea dicha que a veces resulta difícil de procesar para personas como nosotros que acudimos desde el mundo occidental y desde una sociedad en la que vivimos con un nivel de confort alto. Ver de repente gente que vive con tan poco, pero con una sonrisa siempre, es algo que a menudo cambia tu forma de pensar. Y es que ver el valor enorme que esas personas dan a cosas que a ti “te sobran” te hace apreciar mucho más lo que tienes, a la vez que llegas a entender que seguramente mucho de lo que tenemos ni lo necesitamos.

El nacimiento de una nueva familia

A parte de estas reflexiones filosóficas, hay otro elemento mucho más simple que también se deriva tanto de los picnics, el propio viaje, y estas experiencias intensas. Y es que el hecho de compartir estos momentos con el resto de los compañeros de la aventura te hace crear nuevos y grandes lazos con ellos. La intensidad de lo vivido en muchos momentos hace que las amistades generadas entre unos y otros aumenten a gran velocidad. Además, el ambiente positivo acompañado de una organización de las etapas muy dinámica no hizo sino facilitar un ambiente general mágico.

Julià 911, una tranquilidad extra y un valor añadido

A la máxima de tranquilidad de los participantes también tuvo que ver la presencia de un equipo de Julià911 Porsche specialist. El famoso taller de Barcelona es partner del proyecto Challenge y por ello acudió a esta edición con dos Cayenne preparados con un equipo de soporte técnico. Algún que otro pequeño percance mecánico sí que tuvo lugar durante la semana, pero con total diligencia y conocimiento Julià911 hizo que todo quedase en anécdota. Más cuando muchos de los Cayenne venían preparados por el propio taller, demostrando todos ellos una gran fiabilidad.

Además de ser especialista en restauraciones y preparaciones de Backdate, Julià911 ha desarrollado en los últimos tiempos una línea dedicada a la preparación de Cayenne de primera generación que ha resultado tener muchísimos adeptos. La Cayenne Challenge es, al final, la excusa perfecta para que todos esos clientes que se han preparado un proyecto de estas características puedan sacarlo y disfrutarlo de verdad. La próxima edición de la aventura tendrá lugar a finales de Octubre de 2024. Las plazas son limitadas, así que si no queréis perdérosla corred a registraros en www.cayennechallenge.com. Nosotros allí estaremos.

 

Vw Golf Challenge

Detrás de la Cayenne Challenge se encuentran los Danis, organizadores de la famosa Vw Golf Challenge desde hace más de una década. Esta espectacular aventura en Vw Golf de las primeras generaciones junta cada año más y más Golf venidos de toda Europa para pasar una semana de raid solidario en tierras marroquíes. En 10 años lo que empezó siendo una aventura de 6 coches, en 2024 tocará el centenar, con participantes venidos de 9 países distintos. Aparte de aficionados a VW, los Danis son también Porschistas, así que no era de extrañar que tarde o temprano se lanzasen a montar una aventura con sus Cayenne preparados, con el mismo espíritu solidario y desenfadado de la Golf. Así ha nacido, pues, la Cayenne Challenge, un proyecto que a poco que siga los pasos de la “Golf”, le espera un gran futuro por delante.

 Fotos de Samm.o