Baile con las estrellas: Audi winter night driving experience

Conducir y derrapar en nieve es especial, pero Audi lo hace por primera vez bajo la luz de las estrellas con un curso accesible y muy recomendable. Tracción quattro, neumáticos de invierno y monitores expertos, ¿qué más se puede pedir?

 

Otro check a mi lista de deseos: conducir en nieve. Emocionada como una niña pequeña, así me adentro en uno de los territorios quattro más importantes de España. Desde que me bajo del telesilla soy capaz de verlo. Un enorme e-tron expuesto nos recibe en la estación de Sierra Nevada, aunque la verdadera aventura nos espera unos metros más arriba.

 

 

Es difícil que no te hayas hecho eco de los cursos de conducción de Audi, uno de los más potentes en nuestro país; tanto por la variedad de las experiencias como por la cantidad de años que llevan haciéndolo –concretamente 18–. Todo comenzó en Grandvalira (2006) y posteriormente se sumaron otras estaciones como Baqueira (2013) o Sierra Nevada (2015). Y para quienes prefieran el asfalto, también ofrecen estas experiencias en circuito. Pero existe algo clave para que tantos años después todo esto siga en funcionamiento: la innovación. Por eso, por primera vez se ofrece la opción de hacerlo de noche, los viernes.

 

 

En mi caso, el reto es doble. No solo conducir en nieve por primera vez, sino que sea pasado el atardecer. Antes de subirme a cualquiera de los coches me espera un briefing donde nos recalcan la importancia de la frenada y cómo actuar frente a un sobreviraje. Ciertamente conducir en nieve me causa respeto, ya que es una condición de muy baja adherencia de los neumáticos.

 

 

Empezamos calentando motores a medida que el sol va desapareciendo tras las montañas. Para tantear el terreno y familiarizarme con el tacto y las respuestas del coche practicamos unas frenadas de emergencia tras acelerar en recta. Aunque, pista, ir en línea recta en nieve es difícil. A medida que vamos realizando pasadas la nieve cada vez está más rota y pronto nuestras manos serán nuestras mejores amigas.

 

 

Nuestro compañero de baile

El Audi RS e-tron GT es mi compañero. Y menudo bailarín, con 646 CV. ¿A quién más le da igual que sea eléctrico? Es una bestia y el par motor instantáneo hace que cada vez que piso el acelerador salga disparada –incluso en nieve–. El tacto de los pedales lo tengo más que interiorizado, ahora me falta controlar la dirección para no llevarme ningún cono y para no trompear –me han dicho que más adelante podré hacerlo–.

 

 

Llega la última parte de la experiencia, y es que en la misma ladera por la que hace un rato estaban bajando cientos de esquiadores se ha montado un circuito. Borreguiles impresiona, aunque impresiona más ver con la ligereza y aplomo que sube este superdeportivo. A medida que voy ascendiendo y bajando la motivación no deja de crecer y la adrenalina es tal que yo misma me convierto en mi mayor rival. Y eso que no es cuestión de tiempos, es cuestión de sensaciones y de ser consciente cómo no es mover mucho las manos sino moverlas poco y bien. Anticiparse bien a lo que viene, tanto para girar como para frenar y notar que en cada “vuelta” voy mejor que en la anterior. A mi lado me acompaña uno de los monitores expertos de Audi, Yago de Prado, a quien le gusta jugar en condiciones extremas como por ejemplo en las dunas del Dakar. Ir con alguien así a tu vera da seguridad, pero la tracción total de los modelos de la marca de los cuatro aros son la verdadera tranquilidad. Además, todos los coches llevan neumáticos de invierno de la marca Bridgestone para estar aún más seguros.

 

 

Durante la jornada, también aprovecho para probar el S3 Sportback de 310 CV. El sonido del motor resulta más familiar al ser de gasolina pero, un momento... nunca pensé que diría esto. El eléctrico me gusta mucho más, no sé si es por las diferencias de cifras en cuanto a prestaciones y también en precio (y es que les separan casi 100.000 euros, poca cosa) o por lo impresionada que me ha dejado lo bien que va en nieve y hielo. La gama de modelos entre los que elegir no es pequeña: al Audi TT RS Coupé, RS 3 Sportback, Q4 e-tron se suman el S3 Sportback y RS e-tron GT.

 

 

El curso está llegando a su fin, me parece increíble que en cosa de tres horas sienta que he pasado de ser una auténtica inexperta a no sé si atreverme a decir que soy una experta, pero por lo menos con cierta seguridad en estas circunstancias. Antes de marcharme del territorio quattro, aprovecho para hacer un par de “ceros” bajo la luz de la luna en la estación.

 

¿Lo mejor?

Cualquier persona puede realizar este tipo de cursos, tanto si son clientes de Audi como si no lo son y tanto si tienen experiencia como si no la tienen. Además, no solo se ofrece la posibilidad de realizar este curso, sino que existen paquetes para una experiencia 360 grados. El precio es de 420 euros por persona para propietarios Audi y 460 para aquellos que no lo sean. Teniendo en cuenta que sacarse el carné de conducir en nuestro país supera de media los 1.000 euros, me parece un precio muy ajustado para todo lo que ofrece. Este tipo de cursos sí que ayudan a saber conducir. ¿Y si mañana tenemos otra Filomena?

 

 

En los ya mencionados precios se incluyen también dos forfaits para esquiar en la estación, la cesión durante un día de un equipo de esquí de la marca Salomon y una cena en el hotel Rumaykiyya. Para los que no se animen de noche, pueden realizar este mismo curso en plenas horas de sol por un precio de 315 euros (355 euros para no clientes), que también se puede realizar en Baqueira. Los más atrevidos, pueden optar por la Audi Ice Experience en Finlandia, en un circuito sobre lagos congelados de 10 km donde poder poner al límite el Audi RS4 Avant y disfrutar de una experiencia de conducción sin igual. Sea donde sea, es un curso que no me cansaría de hacer.

 

 

La tracción quattro lleva toda una vida demostrando que no tiene rival, desde el famoso Audi Quattro a todos sus modelos actuales. Sin importar cuál sea el modelo, la firma de los aros siempre tiene preparado un próximo baile.