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Mi primera vez en circuito: Volkswagen Driving Experience 20º aniversario

Ponerte a más de 200 km/h en pista, descender por pendientes inclinadas o conocer la última tecnología de la marca. Para todo ello, la respuesta son estos cursos.

Dicen que las primeras veces no se olvidan nunca, y qué razón. Entrar por primera vez en un circuito es una mezcla de adrenalina y emoción que se te queda para siempre en la memoria. Teniendo en cuenta que por los cursos de Volkswagen Driving Experience han pasado más de 33.000 personas en estos 20 años, creo que ya iba siendo mi turno.

 

 

Primero, remontémonos a la historia de cómo surgieron, ya que el planteamiento inicial de estos cursos no era enfocarlos a clientes sino formar a la red comercial interna de la marca. Como era de esperar, estos cursos tuvieron tan buena acogida y fueron de tanta ayuda para los empleados –es mucho más fácil comercializar y hablar sobre un producto que se ha probado y se conoce más allá de un dossier–, que decidieron lanzarse a hacerlos en abierto: tanto para clientes de la marca alemana como para no clientes.

 

 

Desde 2003 la actividad no ha cesado, ni siquiera en los difíciles tiempos de pandemia y su objetivo ha sido siempre el mismo: reducir los accidentes de tráfico. Estas cifras siguen suponiendo cada año un número muy alto, ya que solo el año pasado en nuestro país fallecieron más de 1.100 personas. Por eso, desde la escuela Volkswagen los cursos se centran en mejorar la técnica de conducción de los asistentes con una formación doble, tanto teórica como práctica. Por otra parte, los clientes pueden probar de primera mano toda la gama de coches y poner a prueba su tecnología y potencial.

 

El día más feliz del mes

Cuando te citan en el Circuito de Madrid - Jarama RACE ya te están adelantando que se avecina un día divertido… Al llegar allí me encuentro el espectacular despliegue que ha hecho la marca por el 20º aniversario. Tenemos los últimos modelos de la firma, pero también están los clásicos que rompieron muchos corazones: el Golf MK3, el Beetle o la Bulli. Si algo me pone contenta es saber que estos íconos se han reinventado y no desaparecerán de nuestras vidas. La ID.Buzz, el ID.3 o el nuevo GTI son fruto del objetivo de ir hacia una movilidad más eléctrica y sostenible, que pudimos probar durante la jornada.

 

 

Tras un pequeño briefing sobre algunas cuestiones técnicas como la postura de conducción, la frenada o el trazado empieza la experiencia. Nos separan por grupos y al mío le toca salir a pista primero. ¡Qué manera de empezar el día por todo lo alto! Por si no fuera suficientemente emocionante, me asignan el Golf R 20 aniversario. Durante las primeras vueltas, empiezo viéndolo desde el asiento trasero y mientras en mi cabeza pienso “no voy a ser capaz de ir tan al límite como mis compañeros o los monitores”. Llega mi momento y tras ajustarme el asiento se abre el semáforo para salir a pista. Es un momento muy especial ya que al lado llevo de monitor a mi padre, José Antonio Zorrilla “El Zorro”, la persona que más segura me hace sentir, pero también la más exigente. Si lo es con cualquier coche que cojo de calle, imagínate en circuito… en el mismo que ha corrido miles de veces y que se conoce como la palma de su mano.

 

 

Para mi sorpresa, desde el asiento del piloto se ve todo de otra manera: frente a todos mis miedos, soy capaz de poner el coche al límite y trazo siguiendo todos los conos que se han colocado como referencia. Por supuesto, escucho atentamente los consejos de mi padre y sus comentarios, que son de gran ayuda para ir mejorando en cada sector y vuelta. Tras llevar años y años viendo desde la barrera la bajada a Bugatti, me impresiona hacerlo y a qué velocidad –alrededor de los 160 km/h–.

 

 

A los mandos de este Golf todo impresiona; el sonido del motor, lo ligero que resulta, la rápida respuesta de frenada… Son 333 CV bajo el pedal del acelerador y es más potente que cualquiera de sus anteriores generaciones. Su motor 2.0 mejora con la tecnología 4Motion o tracción total que distribuye la potencia para que cada rueda reciba la tracción que necesita y mejorar el agarre. Esto también evita que el coche derrape, de manera que no nos llevemos ningún susto –aunque si es planeado, tampoco nos hubiese importado–. No es de extrañar que con todo ello, el coche haga el 0 a 100 km/h en 4,6 segundos, aunque teniendo en cuenta que en la recta me puse a más de 220 km/h he podido comprobarlo más que de sobra. Es inevitable mirar el velocímetro justo antes de frenar para no irte de frente contra el muro del final de recta…

 

 

Al cambiar de montura al T-Roc R la diferencia es mucha y eso que solo les separan 33 CV. Una mayor altura al suelo y más longitud se nota mucho en pista. El coche no es tan ágil y las respuestas son un poco más lentas por lo que las frenadas hay que hacerlas un poquito antes. Quizás no es el idóneo para circuito, pero para viajar en familia no encuentro una opción más deportiva.

 

No todo son tiempos

Los electrificados también formaron parte de mi día y pude probar los eléctricos y los híbridos enchufables de la gama: concretamente el Tiguan y el ID.4. Aunque salimos a pista, la idea no era ir a ver quién da más como con los R sino probar este tipo de motorizaciones y familiarizarnos con ellos. En mi caso, es la primera ocasión en la que probaba un eléctrico de Volkswagen y las sensaciones fueron muy positivas. Pasamos del caos a la más absoluta paz.

 

 

Un poco después tocó abandonar la pista, pero no para irnos muy lejos. Subimos a la zona off-road del circuito y de lejos, solo ver las pendientes que había asustaba. Aquí los grandes protagonistas fueron el Touareg y el Tiguan, dos coches que no solo son SUV, sino que van equipados hasta arriba para que ningún terreno se les resista. El control de descenso de pendientes me sorprendió muy gratamente, ya que al principio veía impensable soltar el freno para no caer cuesta bajo por una pendiente con tan alta inclinación. Ambos coches sobrevivieron a todo y casi ni se inmutaron ante el pozo de agua o los terrenos ladeados. Segunda prueba más que superada.

 

 

Antes de abandonar el Jarama, nos espera un slalom y una zona denominada “asistentes” donde pudimos probar el asistente de aparcamiento de manos libres del GTX o el control de crucero adaptativo. Dos tecnologías de gran ayuda para la ciudad para evitar una colisión y, por qué no, para evitar el tener que buscar sitio y que el mismo coche aparque.

Sin duda, después de haber completado de manera exitosa la jornada aprecias lo valiosos que son estos cursos, que cualquier persona con carné de conducir debería realizar. Si en las autoescuelas nos enseñasen este tipo de cosas estoy segura de que las carreteras serían lugares más seguros, aunque para eso ya tenemos la amplia gama de cursos de Volkswagen.

 

 

Sería impensable terminar este artículo sin recalcar que esta experiencia sería muy distinta sin todo el equipo de excepcionales monitores que componen el equipo. Entre todos suman unos cuantos títulos nacionales de todas las disciplinas posibles: rallyes, circuitos, asfalto, karting, etc... y el poder aprender de su experiencia es realmente gratificante. De los más veteranos a las más jóvenes promesas, la marca alemana nos deja claro que apuesta por el talento. Solo queda pedir que Volkswagen continúe mínimo 20 años más haciendo este tipo de cursos y ya que estamos, me pido ir al próximo…

 

 

Cursos y experiencias

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